viernes, 1 de marzo de 2013

Impreso y digital, un camino de ida y vuelta.

En la industria editorial cada vez es más frecuente ver como surgen proyectos exclusivamente digitales. Editoriales que no se plantean, por lo menos inicialmente, salir al mercado con publicaciones impresas.
Hay muchas razones para que realizar este planteamiento. En primer lugar los costes, porque si bies es cierto que como nos recuerda Mariana Eguaras, hacer un eBook no es gratis, también es verdad que la logística de comercialización de los formatos digitales necesita de menos inversión e infraestructura que los formatos impresos.

Otra razón es la celeridad en la que podemos llegar a distribuir los contenidos, que en formato digital llegan al publico mucho antes que las publicaciones impresas,  de una forma mucho más rápida y sin limites geográficos.

También hay muchas ocasiones, diría que las más frecuentes, que simplemente son modelos de negocio que apuestan por lo digital previendo que el mercado y los usuarios se están decantando en esa dirección.

Lo cierto es que últimamente se ven, cada vez más, proyectos que nacieron en un formato digital y que ante la aceptación que han tenido sus publicaciones, dan el salto y ofrecen a sus lectores publicaciones impresas.

La semana pasada Carles Francino, en la SER, entrevistaba a los responsables de Jotdown que explicaban el salto que habían dado: “Si tenemos los lectores, los autores y el contenido, este era un paso lógico”.

Hoy leemos en Lectura Lab como la plataforma digital gratuita PressBooks se abre al formato impreso.

Y es que al final, después de todos los procesos de selección del contenido, las editoriales tenemos la responsabilidad de poner ese contenido al alcance de los lectores en todos los formatos posibles, porque desde hace tiempo el lector demanda más poder de decisión acerca de cómo acercarse a ese contenido, además de ampliar las posibilidades de comercialización.



Hace un tiempo en una conferencia presente esta imagen en unas conferencias dirigidas a nuevos autores que querían acercarse al mundo digital. Mientras que las editoriales hemos tenido que hace el camino inverso, de lo impreso a lo digital, hoy se abre una gran puerta que recorre el camino en sentido contrario, desde lo digital a lo analógico. 

1 comentario:

Dàmaris Garcia dijo...

pues yo me lo estoy planteando seriamente.