Hace unos días Javier Celaya hacía mención a un fenómeno que
llevo observando, cada vez más frecuentemente, en las grandes librerías de USA.
Cada vez más personas fotografiando portadas de libros que previamente han
ojeado, para después comprarlos online desde casa y seguramente fuera de la
librería.
Recuerdo como en septiembre del año pasado pasé una semana
en Nueva York, y siempre que tengo la suerte de ir, procuro no dejar de visitar
la librería que Barnes&Noble tiene en Union Square. Aprovecho para mirar
libros (no te voy a negar que busco a ver cuantos de nuestros libros están en la sección de español) mientras me tomo un buen café y aprovecho la wifi gratuita que ya
sabemos los precios del roaming… En esa ocasión me llamó la atención ver como
varias personas, con el ejemplar del libro en la mano, y el iPad en la otra,
buscaban el libro en internet.
Librería de B&N en Union Square NYC foto: B&N |
En mayo de este año volví a realizar mi visita obligada, y
ya observé como allí donde estaban los Best Sellers de la librería, había un QR
que llevaba a la versión digital del mismo, pero en la tienda de B&N.
Otro fenómeno que vengo observando también con mucha
frecuencia es como en los Malls
americanos, cada vez hay más tiendas en las que
no se vende nada físicamente, solo está expuesto el muestrario de todo lo que
tienen disponible en la tienda online. Desde zapaterías a la Tele Tienda están
usando este método. Cada una de estas tiendas no tenía menos de tres
ordenadores desde los que podías hacer el pedido in situ del producto que
acababas de probar.
Aplicación para el sector editorial hoy, y sin animo de parecer
pretencioso, no podemos perder ni una sola venta por no poner al alcance del
cliente todas las opciones posibles para la compra de un libro. Tenemos que
procurar que ese publico que va a mirar, y que lo comprará después (en
cualquier otro sitio), no salga de la librería sin comprarlo, porque desea
hacerlo y le facilitamos las cosas.
Abrazos
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